Cuando Robinson Canó sorprendió al mundo de la MLB aceptando un contrato de ligas menores con los Padres de San Diego, se dijo que lo convencieron mostrándole la posibilidad de regresar a las mayores.
Canó había sido puesto en asignación dos veces en un mes, por los Mets de Nueva York y los mismos Padres, y en ambas ocasiones eligió la agencia libre.
Su bajo rendimiento ofensivo fue la causa de su salida de ambas organizaciones de Grandes Ligas. En 12 juegos con San Diego apenas dejó línea de .091/.118/.091 con 3 hits y una remolcada, sin extrabases. En general en 2022 sus estadísticas son de .149/.182/.189 con un jonrón y 4 carreras impulsadas.
Pero el veterano de 39 años de edad parece haberse tomado en serio la idea de ganarse el ascenso. En 18 juegos con la filial Triple A de los Padres está bateando para .333/.375/.469 y ha conectado 27 hits, entre ellos 5 dobles y 2 jonrones (ambos los dio el sábado) para llegar a 18 fletadas.
San Diego ahora mismo marcha con récord de 47-26 en el segundo lugar de la División Oeste de la Liga Nacional, tratando de intimidar a los Dodgers. De seguro necesitarán ayuda para el tramo final de la campaña, en el que se espera también que esté incorporado el torpedero Fernando Tatís Jr.
El inminente regreso del joven astro dominicano puede ser una piedra de tranca en las aspiraciones de Canó.
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En la segunda base tiene por delante a Jake Cronenworth, que pese a que no tiene números deslumbrantes (tiene promedios de .240/.335/.385, 7 cuadrangulares y 43 impulsadas) tuvo un sólido desempeño con el madero en el mes de junio con una línea de .315/.417/.537, dio 4 jonrones, 12 dobles e impulsó 24 remolcadas.
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Fuente fansided.com
