El jugador de Philadelphia Phillies habló de que no existen fórmulas mágicas para el éxito en las Grandes Ligas y que cada camino es distinto, pero la posibilidad de establecerse le ha permitido proveer para su gente más cercana.
Convertirse en deportista profesional es, probablemente, uno de los sueños más difíciles de cumplir para cualquier persona interesada en hacerlo. La competencia constante, los altibajos constantes, la preparación, tomar instrucciones, observar contrarios, lidiar con entrenadores y todo lo que conlleva solamente para estar listo, sin la seguridad de que se tendrá una oportunidad.
Sin embargo, aquellos que logran alcanzar el profesionalismo, no solo deben lidiar con todo lo antes mencionados, sino con la presión que conlleva rendir positivamente, bajo la preocupación de que podrían ser despedidos en cualquier momento. A todo esto, se le suma, en el caso de los jugadores internacionales, tener que dejar su país para viajar a otro donde probablemente no tengan a nadie de confianza y en muchos casos, donde ni siquiera dominan el idioma.
Esa es la realidad de los peloteros dominicanos que logran el salto hacia el estrellato en Grandes Ligas y sobre ello habló Jean Segura, intermedista de Philadelphia Phillies para el periódico El Caribe de República Dominicana.
“Han sido 11 años de sacrificio desde que firmé. Para mí ha sido una bendición. El béisbol me ha ayudado a poder sacar a mi familia adelante y a representar a la República Dominicana, ya casi cumpliré 10 años de servicio en Las Mayores”, inició diciendo el intermedista al medio dominicano.
Segura pasó a hablar de sus inicios en el béisbol y de cómo estuvo a punto de dejarlo todo, dado a la difícil situación que vivió.
“A veces un buen consejo a los novatos les ayuda más que un buen día en el terreno de juego ya que es un consejo que le durará para toda la vida. Carlos Gómez me ayudó al principio en Milwaukee, cuando las cosas se me pusieron bien difíciles, recuerdo cuando tuve la pérdida de mi primer niño en 2014”, dijo Segura.
"Las cosas mentalmente para mi fueron muy duras. En realidad estaba prácticamente fuera de la pelota porque no tenía cabeza para enfocarme en el juego. Quería hacer mi trabajo pero también somos seres humanos y tenemos sentimientos. En ese instante, apareció Carlos (Gómez), quien siempre estuvo ahí y me levantó”.
Señaló además que Nelson Cruz y Robinson Canó han sido jugadores que siempre han estado apoyándolo durante las altas y bajas, siendo este el mensaje que Segura trata de llevar a sus demás compañeros, en especial a los más jóvenes.
“Muchas personas se olvidan de que no es lo mismo ser un jugador de béisbol que saber jugar béisbol. Creo que los más jóvenes necesitan aprender eso, qué es el juego en sí y también que jugamos para un equipo, que jugamos con compañeros que nos siguen, que nos admiran”, concluyó.
Fuente: espn.com